María Martínez-Herrera. Responsable medioambiente Asociación Española de Distribuidores de Autoservicio y Supermercados (ASEDAS)
En España existen alrededor de 23.000 autoservicios y supermercados, la mayoría de ellos situados en el centro de los pueblos y ciudades y en los barrios residenciales de los mismos. Por ello, el papel de los puntos de venta de alimentación es un factor relevante para garantizar una movilidad sostenible, que tenga en cuenta el impacto de los consumidores en el medioambiente.
La alta capilaridad de la distribución moderna de proximidad y su ubicación en zonas urbanas con alta densidad de viviendas asegura, por una parte, el acceso de los consumidores a los productos de gran consumo y, por otra, obliga a hacer eficiente la llegada de las mercancías a las tiendas, siendo “la última milla” uno de los aspectos del comercio que más influye en la movilidad de las ciudades.
En el caso del supermercado, las conclusiones extraídas del reciente estudio Supermercados y proximidad comercial en la movilidad sostenible realizado recientemente por el Instituto Cerdà indica que el 89,7 por ciento de los clientes acuden a las tiendas a pie o en bicicleta. La mejor noticia, es que el informe detecta una evolución de 10 puntos más que una década antes (79,4%). Esto significa que, de los algo más de 2.600 millones de actos de compra en el formato supermercado que se calculan anualmente, unos 2.400 millones se realizaron con emisiones cero en lo referente al desplazamiento.
Hablamos aquí de “movilidad sostenible”, pero, el hecho de que haya un supermercado muy cerca de las casas de los consumidores y de que este formato ofrezca un surtido variado, equilibrado y de calidad que permite cubrir las necesidades de alimentación e higiene en un solo acto de compra nos conduce, además, a la idea de la “movilidad saludable”. Que los ciudadanos acudan andando, en cada vez mayor número, significa que adoptan hábitos de vida saludables, al tiempo que contribuyen a una reducción de emisiones que contribuye a mantener un aire más limpio en las ciudades.
También podemos ofrecer cifras en este sentido. El Instituto Cerdà ha calculado que esta accesibilidad a la alimentación hace que, en comparación con un modelo en el que el 100% de los clientes se desplazasen en vehículo privado, se obtienen unas reducciones de emisiones de entre el -62% de PM2,5 (partículas en suspensión de menos de 2,5 micras) al -90% de CO (Monóxido de Carbono), entre otras.
Además, en la última década también hay que destacar la reducción de las distancias recorridas de aquellos clientes que acuden en coche a hacer la compra. Una mayor dotación de supermercados con parking llamados “de rotación” en lugares más próximos a los hogares y unos horarios amplios han conseguido reducir las distancias medias recorridas, lo que también incide en la disminución de las emisiones de gases contaminantes de los consumidores.
Por último, en esta ecuación de la movilidad sostenible, “la última milla”, como decíamos, es clave para la movilidad sostenible de las ciudades. Entre los factores que influyen en el reparto de mercancías de las plataformas logísticas a las tiendas, el tamaño de los camiones es importante. Según el estudio del Institut Cerdà, los supermercados utilizan vehículos de gran tonelaje para abastecer a gran número de sus tiendas, lo hacen en horarios regulados, y un cambio hacia vehículos más pequeños (10Tn de PMA –Peso Máximo Autorizado-) supondría un incremento de las emisiones para todos los contaminantes estudiados superior al 55%.
En definitiva, el modo de acceso de las personas a hacer sus compras cotidianas es un fenómeno de gran importancia para la movilidad de las ciudades. En torno al formato de supermercado de proximidad concurren varios factores que contribuyen a hacer de nuestros centros urbanos lugares más saludables y donde la convivencia entre peatones y vehículos es posible. Todavía es necesario avanzar y estudiar mejor cuestiones relacionadas, por ejemplo, con el comercio electrónico de alimentación que se encuentra en pleno desarrollo. Pero de lo que no cabe duda es que un modelo que permite hacer una compra completa muy cerca de las casas de los consumidores es una apuesta por el medioambiente urbano.
