Termina 2023 y es hora de hacer balance de lo hecho y sobre todo pensar en lo que habrá que desarrollar en 2024, pero lo que está claro es que debe de continuar la apuesta por la sostenibilidad, pero en lucha con el mantenimiento de la rentabilidad de las explotaciones, que pasa, seguro, por la innovación, ya que haciendo lo que estamos haciendo hoy en día, no conseguiremos resultados diferentes.
Me decía hace poco una colaboradora que “quizás lo que sucede debido a las políticas agroalimentarias, todo lo relativo a lo eco, nos está saliendo “ecocarísimo”. Y yo en parte lo comparto, pero no hay otra opción hoy en día, aunque quizás lo me gustaría añadir aquí es otro término que se me he visto por ahí y que quizás puede ser interesante desarrollar “EcoEficiente”, que no es lo que puede pensarse, sino que yo lo interpreto como una doble “Eco”: económica y ecológica, pero al mismo tiempo eficiente. Esto significa tratar de hacer que nuestras actividades sean, eco por su respeto al medioambiente y porque económicamente son rentables y para ello han de ser eficientes. La búsqueda de la eficiencia a través de la ciencia y la tecnología es básica para el futuro de la producción de alimentos.
Y luego tendrán que venir, que no han llegado aún, las ayudas, los préstamos y todas las herramientas financieras que permitan a los productores de alimentos ser “EcoEficientes”. Está claro que con todas las nuevas obligaciones que pueden llegar en los próximos meses/años es necesario que haya ciertas ayudas en estos primeros momentos, tanto para la adaptación, como previamente para el desarrollo de soluciones tecnológicas que permitan obtener métodos de producción adaptados a las nuevas demandas de los consumidores.
Y no quiero dejar fuera de esta ecuación los cambios de personas que se producirán en Bruselas en el próximo semestre. Nueva Comisión, Nuevo Parlamento, posibles nuevas sensibilidades, muchas incógnitas que hemos de marcarán el devenir de lo que pase en la alimentación en los próximos 10 años, y en el futuro a largo plazo, por lo que todo el que está implicado debería de trabajar este tema y presionar para que las personas que allí lleguen sean razonables, dialogantes y sobre todo, inteligentes, porque nos jugamos mucho.
Desde el GIS, seguiremos defendiendo la innovación sostenible como herramienta fundamental para el sector agroalimentario y pesquero. Las innovaciones tecnológicas reguladas por Europa han de permitir una rápida puesta en el mercado de productos de calidad, sostenibles y nutritivos. Además, si ponemos en valor estas innovaciones, los consumidores entenderán mejor los beneficios que aportan al proceso productivo de alimentos y por tanto a la sociedad.
Feliz año nuevo.
