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Las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que emiten los arrozales españoles han sido poco estudiadas y nunca analizando su relación con las prácticas agrarias y las características propias del campo. Kellogg y Ebro Foods, han puesto en marcha una investigación pionera para medir y luego poder reducir las emisiones de GEI. Liderado por el IRTA (Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentaria), y en colaboración con la Universidad de Manchester, se trata del primero que involucra directamente a los agricultores.
Basado en sistemas predictivos existentes se estima que el cultivo de arroz es el responsable de la cuarta parte de las emisiones de metano en la agricultura a nivel mundial. Por ello es necesario buscar soluciones para reducir estas emisiones. Gracias a la colaboración de Kellogg y Ebro Foods con el proyecto LIFE EBROADMICLIM, dirigido por el IRTA, se han analizado diferentes campos de agricultores del Delta entre 2015 y 2017. En ellos se han aplicado diferentes sistemas de gestión de agua y de rastrojo para identificar las mejores estrategias de mitigación de emisiones.
Los investigadores han concluido que el sistema de riego intermitente, en comparación con la inundación permanente de los arrozales, ha podido haber reducido la emisión de metano hasta un 90% durante la temporada de crecimiento en el campo en que se aplicó. Sin embargo, este porcentaje puede ser menor en otras condiciones por lo que son necesarios estudios en más campos. Además, también se han podido reducir hasta un 30% las aportaciones de agua utilizando este sistema de inundación.
Gracias a este estudio novedoso del IRTA se han encontrado diferencias entre las emisiones reales de gases en los campos del Delta del Ebro y las predichas por el modelo desarrollado principalmente en Asia. Por ello, se está valorando si es posible adaptar esta herramienta a las particularidades del cultivo del arroz, o bien si es necesario crear un nuevo modelo predictivo exclusivo para este cereal.
Este estudio permitirá a los arroceros un cultivo de arroz más sostenible y eficiente, al conseguir una reducción en la emisión de gases de efecto invernadero además de reducir el consumo de agua. Los resultados de este estudio a su vez favorecerán la puesta en marcha de nuevos parámetros y técnicas de cultivo que permitirán minimizar su impacto medioambiental y la preservación de la biodiversidad en el Delta.