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Menos burocracia, más competitividad: el agroalimentario pide regulación eficaz

La Unión Europea afronta un momento decisivo: a un entorno geopolítico incierto se suma una creciente sobrerregulación que multiplica cargas administrativas, fragmenta el marco jurídico y frena inversión e innovación, especialmente en las pymes del sector agroalimentario. Simplificar y armonizar las normas —sin renunciar a la seguridad alimentaria ni a la sostenibilidad— es ya una prioridad para no perder todavía más competitividad.
 
Conscientes de ello, el Grupo Alimentario de Innovación y Sostenibilidad (GIS) ha reunido a líderes del sector agroalimentario en la jornada 'Sobrerregulación en el sector agroalimentario’ para analizar el impacto del exceso de normas sobre la competitividad, la inversión y la innovación de la cadena de valor, así como para proponer medidas de simplificación y armonización normativa.
 
El encuentro congregó a ponentes de toda la cadena —producción primaria, industria y distribución—para abordar retos, consecuencias y propuestas de mejora regulatoria ante una normativa europea cada vez más exigente. El encuentro supuso una oportunidad única para debatir y compartir sobre cómo un exceso de normas, requisitos legales o burocracia afecta a la producción, distribución y comercialización de alimentos.
 
La jornada arrancó con la intervención de Felipe Medina, secretario general técnico de ASEDAS; Miguel Ángel Higuera, director de ANPROGAPOR; y Víctor Yuste, director general de Foro Interalimentario, quienes participaron en la mesa redonda "Sobrerregulación en el sector alimentario: Retos y Consecuencias".
 
Los ponentes coincidieron en que la acumulación y solapamiento de normas en distintos niveles (UE, Estado, CCAA y administración local) genera incertidumbre jurídica, sobrecostes y pérdida de agilidad, con un impacto desproporcionado en las pymes. También destacaron que la complejidad del “reporting” y la falta de coordinación entre administraciones restan tiempo y recursos a la actividad productiva e innovadora.
 Asimismo, llegaron a la conclusión de que es imprescindible aplicar el principio de proporcionalidad y un enfoque basado en riesgo; mejorar la coordinación administrativa mediante ventanillas únicas; establecer calendarios regulatorios previsibles con periodos de adaptación razonables; y simplificar la información exigida bajo el principio “same data, once”, evitando duplicidades y obligaciones redundantes.
 
A continuación, tuvo lugar una segunda mesa redonda centrada en la búsqueda de una regulación más flexible y eficiente, buscando mejorar la que se tiene actualmente. En ella intervinieron María Sánchez, directora de Alimentación de LA DISTRIBUCIÓN ANGED; y Carlos Palomar, director general de AEPLA.

Los ponentes coincidieron en que una regulación orientada a objetivos —clara en el “qué” y menos prescriptiva en el “cómo”—, apoyada en la evidencia científica y con métricas comunes, facilitaría el cumplimiento, impulsaría la innovación y reduciría cargas innecesarias.
 
Asimismo, se subrayó la necesidad de armonizar criterios entre Estados miembros, promover el reconocimiento mutuo, digitalizar trámites e inspecciones, crear espacios de prueba (sandboxes) para nuevas tecnologías y procesos, y acompañar a las pymes con guías, formación e incentivos para su adaptación.
 
Con esta jornada, el GIS refuerza su papel como plataforma de referencia en la transformación del sector, promoviendo el diálogo entre empresas, instituciones y expertos para impulsar una agenda de simplificación regulatoria que proteja al consumidor y al medio ambiente sin lastrar la competitividad, el empleo y la inversión del sistema agroalimentario.

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Grupo de Innovación Sostenible