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"Tenemos el reto de explicar mejor el cumplimiento de los compromisos climáticos"

María Martínez-Herrera, responsable de medioambiente en la Asociación Española de Distribuidores de Autoservicio y Supermercados (ASEDAS), la primera organización empresarial de distribución alimentaria de España.

GIS: ¿Cuál es el papel de los supermercados para garantizar la sostenibilidad medioambiental?
 
María Martínez-Herrera (M.M-H.): Las empresas de supermercados tienen un compromiso firme con la sostenibilidad medioambiental, a la que consideran una de los aspectos que, junto con la sostenibilidad económica, social y digital, deberán dirigir el modelo de distribución alimentaria en el futuro.
 
Podemos mencionar algunos hitos en los que los supermercados han sido pioneros, como la reducción desde el año 2012 del uso de bolsas de plástico de un solo uso en las líneas de caja; el uso del pull de envases reutilizables para el traslado y comercialización de frutas y hortalizas; la gestión de los residuos de los envases comerciales, aquellos que no llegan a los domicilios pero son imprescindibles para el movimiento de mercancías y la seguridad de los productos; así como importantes avances en materia de eficiencia energética y logística con los nuevos modelos de tiendas y una significativa renovación en las flotas de transporte.
 
Junto a estos logros, es necesario resaltar las propias características intrínsecas al supermercado de proximidad, que hacen de él una opción sostenible desde el punto de vista medioambiental. Las tiendas que mayoritariamente componen este modelo están ubicadas en zonas urbanas y periurbanas, muy cerca de las casas y trabajos de los ciudadanos. Esto hace que su integración en el entorno no necesite de desarrollos urbanísticos especiales y que el acceso de los ciudadanos para hacer sus compras se produzca en el 90% de los casos andando, con lo que se contribuye a la movilidad sostenible en los pueblos y ciudades.

Un reciente estudio del Institut Cerdà indica que en comparación con un modelo en el que el 100% de los clientes se desplazasen en vehículo privado, se obtienen unas reducciones de emisiones de entre el -62% de PM2,5(partículas en suspensión de menos de 2,5 micras) al -90% de CO (Monóxido de Carbono), entre otras, y además habría que tener en cuenta otro tipo de contaminaciones como la acústica y la congestión de vehículos
 
También hay que destacar y dar a conocer que los supermercados puedan utilizar vehículos de gran tonelaje para abastecer a gran número de sus tiendas y lo hacen en horarios regulados. Por eso, un cambio hacia vehículos más pequeños (10Tn de PMA –Peso Máximo Autorizado-) supondría un incremento de las emisiones para todos los contaminantes estudiados superior al 55% e incidiríamos en los otros grandes contaminantes de las ciudades: la acústica y la congestión. Ahora, con la aprobación de la Ley de Cambio Climático, será crucial analizar la calidad del aire de las ciudades y la manera más eficiente de abastecerlas.
 
GIS: ¿Cómo se han adaptado los supermercados a las nuevas demandas de los consumidores?

M.M-H.: Los supermercados tienen una actitud de escucha atenta a las necesidades y demandas de los consumidores -15 millones de personas hacen la compra todos los días en España- y son conscientes de la creciente importancia de los compromisos relacionados con el clima en las decisiones de compra.

Tenemos el reto de explicar mejor el cumplimiento de estos compromisos, porque tenemos grandes logros que mostrar: desde los mencionados anteriormente hasta los relacionados con la reutilización, reducción y reciclaje de envases comerciales, la sustitución de materiales como el plástico cuando es posible, o explicar mejor que cada material tiene su utilidad y que es muy importante reciclarlo adecuadamente una vez que se convierte en residuo, sin olvidarnos del máximo aprovechamiento de recursos naturales.

GIS: ¿Hasta qué punto apuestan los productores locales por políticas de sostenibilidad?

M.M-H.: El sector productor es también consciente de la importancia de preservar el medioambiente, y de hecho es un actor protagonista en el medio rural, aplicando políticas ambientales en sus cultivos. En el marco de la cadena tenemos grandes ejemplos de colaboración en materia de sostenibilidad.

Uno de los más visibles es el pull de envases, que nos permite llevar frutas y hortalizas del campo a la tienda en el mismo envase durante más de 5 años y lo hacemos con productores nacionales y cooperativas. La reducción de los kilómetros recorridos es importante, pero no debemos perder la perspectiva de qué es un productor local y a dónde debemos llevar los productos, que es a la puerta de las casas. Ese recorrido podrá hacerse de una manera más eficiente, pero debe hacerse. Todas las empresas de ASEDAS trabajan con productores locales en la medida de lo posible, pero en España tenemos que tener en cuenta que todo el país es un “proveedor local” y lo que debemos defender es nuestra gran cadena agroalimentaria, lo hemos visto en los meses más duros de la pandemia.

Somos conscientes de que la sostenibilidad medioambiental, y más concretamente la economía circular, es una labor en la que el conjunto de la cadena agroalimentaria, incluyendo en esta también al consumidor y a la administración, debe implicarse. En este sentido, cabe mencionar el reto al que nos enfrentamos como sociedad respecto a la reducción, recogida y tratamiento de residuos para lo que, además de nuestro propio trabajo, necesitamos infraestructuras suficientes, efectivos y homogéneos en todo el territorio.

GIS: Desde su punto de vista, ¿cuáles son las estrategias adecuadas para garantizar la economía circular en los puntos de venta de alimentación?

M.M-H.: El problema al que nos enfrentamos como sociedad no es generar un residuo que, a veces, resulta inevitable, sino no separarlo ni tratarlo adecuadamente para evitar que se convierta en desperdicio. Hacerlo, depende de todos, para que la economía circular sea una realidad toda la cadena deberá trabajar en cerrar el círculo, desde el productor de materia prima hasta los recicladores, pasando por la distribución, el consumidor y las administraciones públicas.
 
Las tasas de reciclado que nuestras empresas están alcanzado superan el 90 por ciento, con sistemas de logística inversa muy avanzados por los que los residuos se recuperan para su reutilización. Los materiales recuperados tienen como destino su reutilización en las propias cadenas o en gestores autorizados.
 
Dentro de los envases más visibles para los consumidores, las cadenas trabajan en sus productos de marca propia y con los proveedores –especialmente de fruta y verdura- para aplicar criterios de reducción y ecodiseño de manera que se avance hacia el objetivo de 100% reciclable
 
Otro campo de trabajo es la búsqueda de alternativas a las bandejas de poliestireno y el film que se utiliza para dispensar los productos en las secciones de carne y pescado asistidas y en los recipientes de las secciones de comida preparada, avances que muchas cadenas ya aplican con el uso de materiales respetuosos con el medioambiente y que llegaran a la mayoría antes de fin de año. Pero siempre recordando que este cambio pasa por más información/formación y por una colaboración plena de toda la cadena de producción de los envases, el hacer envases que sean 100% reciclable es de gran importancia. Ahora necesitamos aunar nuestros esfuerzos en este cambio y las metas que nos marcan las directivas europeas.

GIS: ¿Cuáles son los pasos por dar en los próximos años?

M.M-H.: Adoptar la economía circular como modelo productivo es el gran objetivo que tenemos por delante. Para ello, el compromiso de los supermercados con los objetivos medioambientales recogidos en la legislación europea -a través de la Directiva 2019/904 relativa a la reducción del impacto ambiental de determinados productos de plástico- y, recientemente, en el ámbito nacional, en el anteproyecto de Ley de Residuos y la Estrategia Española de Economía Circular es firme.
 
De hecho, las empresas de supermercados aplican desde hace años planes de gestión y prevención de residuos que, en muchos casos, se adelantan a la normativa. Las medidas en este sector van encaminadas a asegurar que el envase sea recuperable y reciclable al 100%; al tiempo que se trabaja en la prevención del residuo. Las iniciativas de incorporación de envases reutilizables deben ir acompañadas de un análisis de ciclo de vida sólido para evitar que su implantación cause una rebaja en la seguridad alimentaria -como máxima irrenunciable- o un aumento en los impactos ambientales.
 
Sin duda, queda todavía un largo camino por recorrer, aunque estamos en la buena vía. Por ello, es importante que se nos permita implementar los cambios que serán necesarios de la manera que mejor se adapten los modelos de negocio de estas empresas comprometidas con la sostenibilidad y que estos no supongan una carga impositiva añadida con el objetivo de preservar la sostenibilidad económica y social que también es necesaria.

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