Natalia Urdampilleta, responsable de Marketing y Comunicación de Okin
¿Cómo aborda Okin la toma el desarrollo de nuevos proyectos y el enfoque sostenible?
En Okin no entendemos la innovación sin la sostenibilidad. En la actualidad, para las empresas esto puede ser algo más novedoso, porque antes no se hablaba tanto de la sostenibilidad, pero para nosotros se encuentra presente de una forma muy latente. Así, desde Okin entendemos la innovación desde dos ángulos: innovación en proceso e innovación en producto. Esto supone que tengamos que hablar de eficiencia energética, de reducción de costes, industria 4.0 e inteligencia artificial. Un ejemplo de esta última es nuestra apuesta por la visión artificial, con lo que conseguimos controlar el color del pan. Y es que como industria nuestros clientes, y no me refiero a los consumidores finales, nos piden un tipo de pan homogéneo tanto en forma como en color. Por otro lado, en Okin disponemos de cámaras en nuestras fermentadoras y en la salida de horno. Esto se utiliza de cara a reducir mermas y a optimizar la producción, con el objetivo de ser lo más exigentes posibles en la respuesta hacia nuestro cliente. Esta innovación nos permite ser más exhaustivos y reducir el desperdicio.
Por otro lado, respecto a la innovación en el producto, aunque no tenemos contacto directo con el consumidor, vemos las tendencias que existen en el mercado y desde hace tiempo venimos realizando una apuesta por las materias primas agrosostenibles. Cabe destacar además que todos nuestros proveedores de materias primas se encuentran a una distancia máxima aproximada de 300 km de nuestra fábrica, por lo que apostamos fuertemente por el Producto local.
Del mismo modo, nuestros procesos de producción incluyen un análisis del ciclo de vida, y como ejemplo podemos mencionar nuestro proyecto para la producción de trigo sostenible para la reducción de CO2. Por ello, este año hemos comprado 800 toneladas de harina agrosostenible certificadas por AENOR, que en el futuro iremos aumentando poco a poco. Por último, desde Okin aplicamos también una economía circular en nuestros procesos, de forma que los descartes de pan que generamos volvemos a introducirlo a nuestra cadena de producción generando producto de valor añadido.
Los clientes y consumidores siguen demandando la apuesta de las empresas por la sostenibilidad, ¿cuál es la respuesta de Okin a esta petición?
Los clientes van por un lado y los consumidores por otro, no siempre se encuentran de concienciados. En nuestro caso, al ser una empresa B2B, nos encontramos lejos del consumidor final y más cerca del sector de la distribución. Si bien es cierto que el consumidor final en sus decisiones de compra cada vez está más concienciado con la sostenibilidad, vemos que los que verdaderamente están dando pasos en cuanto la apuesta por la sostenibilidad son nuestros clientes. Eroski, por ejemplo, con la familia Natur ha realizado una apuesta por la sostenibilidad en la venta de pan con harina sostenible. En definitiva, a nuestra empresa nos llegan solicitudes de numerosos retailers demandando más certificaciones en cuanto a sostenibilidad, por lo que los fabricantes tenemos que poner las pilas. En definitiva, hay trabajo aún por delante, pero por el momento vamos por el buen camino.
¿Cuáles son los indicadores que tiene en cuenta Okin y como los mide para continuar con un crecimiento rentable sostenible?
El año que viene en Okin celebramos nuestro 30 aniversario. Históricamente hemos contado con indicadores para medir y comparar nuestras acciones y estrategias con etapas anteriores. Desde hace 4 años también disponemos de indicadores sociales y medioambientales, alineados sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible, los ODS.
Desde 2020, contamos con un grupo de trabajo multidepartamental compuesto por Dirección, Calidad, logistica, I+D, Prevencion y Marketing, que defiende y persigue la consecución de estos ODS.
Por un lado, los indicadores sociales, donde hablamos de la composición de nuestra plantilla o promover la igualdad en términos de género y edad, son iniciativas que perseguimos que están alineados con los objetivos de desarrollo sostenible.
Sobre los indicadores medioambientales hablamos de la huella hídrica, emisiones de CO2, por ejemplo en el campo con el tema de la harina agrosostenible de AENOR, o la reducción de CO2 en los procesos logísticos, donde estamos haciendo mucho caso a los indicadores para intentar reducir estas emisiones. Además aquí nos gustaría hacer un reflexión sobre la importancia de compartir estos indicadores con ASEMAC, y es que gracias a ello es posible elaborar un informe común en el sector para ampliar el impacto y trabajar sinergias comunes con otros actores relevantes en la cadena de valor.
