Ricardo Migueláñez. @Rmiguelanez
Según el Índice Global de Salud de Bloomberg, elaborado en base a los datos publicados por el Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud (OMS), España ha sido elegido como el “País más saludable del mundo”, lo cual no deja de ser paradójico, cuando en nuestro país hay mucha gente empeñada en hacernos creer que los alimentos que tomamos son veneno y no paro de leer informaciones en todo tipo de medios que dicen: “tal o cual alimento mata”. Si solo tuviéramos en cuenta las informaciones publicadas, todos los alimentos que elaboran nuestros agricultores, ganaderos y la industria alimentaria de este país son lo peor de lo peor, y los que los producen no te quiero ni contar.
Pasa igual con esto que con el periodismo político, que la población no sabe qué creer. Porque estos resultados colocan a España por segundo año consecutivo en esta posición de liderazgo, desbancando a Italia a un segundo puesto, seguida de Islandia. Y no me importa ser tan drástico con estas afirmaciones porque además hay campañas institucionales que también lo dicen. Pues nada, dejémoslo estar y no hagamos nada. Sigamos haciendo la guerra cada uno por nuestro lado, ya veremos qué bien nos va, con la autocomplacencia de que hemos alimentado a la población durante la pandemia.
Además, hay planes para subir los impuestos a determinados productos por su composición, por su envase o por cualquier otro tema para tratar de demonizarlos, aunque el sector esté ya trabajando en mejorar todo aquello en lo que se pueda. El sector está invirtiendo en mejorar las propiedades nutricionales, los envases, el método de produccion y comercializacion, que son las principales demandas de los consumidores y en ello trabajan los productores de alimentos. ¿No deberían, en lugar de pelearse, trabajar de la mano la Administración Pública y el sector para conseguir entre ambos lo que los consumidores demandan?
Hace poco le decía a varias personas que la batalla de la nutrición en los medios estaba perdida, porque era un negocio para ellos y estando como están los medios no van a dejar pasar la oportunidad de seguir captando clicks e ingresos a costa de la reputación del sector, de su prestigio y de calidad de los productos y, sobre todo lo más importante, el honor de la gente que los elabora.
Yo sé que la gente de a pie sabe perfectamente qué productos son buenos y cuáles malos, y que en el equilibrio de consumir de todo en cantidades moderadas está el éxito, pero cada artículo negativo sobre un sector o un producto merma la confianza del que lo lee y la credibilidad del mencionado, que normalmente suele ser en Internet. Que casualidad, donde se produce el click bait, esto no aparece en los medios en papel ni en otros medios tradicionales.
Los productores de alimentos van a tirar del carro, sí, pero por favor, dejémoles trabajar, exigiéndoles las garantías de calidad, medio ambiente y bienestar animal necesarias para hacerlo bien, y si se ha perdido la batalla de la nutrición, pues tenemos otras donde agarrarnos, porque la población no va a dejar que unos cuantos echen del sistema a los que les alimentan. ¡Eso espero!
