Diego Rubiales Olmedo, Profesor de Investigación del CSIC, apuesta por el guisante como la esperanza en la producción de legumbre española
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Las leguminosas son pieza clave para la cultura y la alimentación, tanto animal como humana, en España. Pero en los últimos 50 años, tanto en España como el Europa, el cultivo de leguminosas ha disminuido de manera dramática. Así lo explica Diego Rubiales Olmedo, Profesor de Investigación del CSIC, y ponente en la reunión sectorial “Alternativas a la siembra” celebraba dentro del programa de actividades y ponencias del IV Congreso Cooperativas Agro-alimentarias de Aragón, que se ha celebrado recientemente en el auditorio de Zaragoza.
Además del descenso en el consumo, el principal motivo del descenso en la superficie de producción de leguminosas es que no resultan rentables para el agricultor, a lo que hay que sumar el crecimiento exponencial de la importación de legumbres en España. Según Rubiales, los agricultores españoles no disponen de variedades suficientemente adaptadas para hacer las rotaciones de cultivo de la manera adecuada. Además, el escaso cultivo de leguminosas implica un mayor uso de abonos nitrogenados que también tienen que ser importados.
Rubiales ha hecho alusión a casos paradójicos como el de la lenteja, un cultivo cuya superficie de producción sigue disminuyendo en España, mientras el consumo se mantiene y aumentan las importaciones. Nuestro país no está solo en esta situación, el resto del continente tiene una gran dependencia de las importaciones, especialmente en el caso de la soja, que alcanza el 90%.
Diego Rubiales propone potenciar la producción de cultivos de leguminosa en grano, como el guisante, para paliar la imposibilidad de producción de soja en España y compensar el nivel de importación. El profesor de investigación del CSIC también ha recordado que la industria cárnica española depende en gran medida de la importación de estos productos.
Cómo aumentar el cultivo
El profesor Rubiales cree que es necesario incrementar los rendimientos a costes razonables, apostando por el cultivo de genotipos adecuados a la gran diversidad de condiciones agroecológicas que tiene el territorio español, con una predominancia de terrenos de secano. El objetivo, explica, es mejorar el rendimiento y su estabilidad y dar respuesta a la demanda del mercado, principalmente enfocados a mejorar la calidad del producto y bajar los precios.
Pero, aunque también admite que existen numerosas enfermedades y plagas que afectan a los cultivos, y esto supone un problema considerable, Rubiales ha recordado que existen soluciones y resistencias disponibles a la mayoría de estas enfermedades (rabia, roya, jopo…)
Como solución a esta problemática, el profesor, aboga por acabar con la dependencia de las políticas de subvenciones implantada en las últimas décadas y optar por el trabajo conjunto de todas las partes implicadas cooperativas, agricultores, investigadores, etc. En España hay importantes grupos de investigación, capacitados para trabajar en la previsión de enfermedades y la búsqueda de cultivos alternativos resistentes, dice, pero es necesaria una mayor coordinación e implicación de todos los apéndices relacionados con el sector.
El profesor recomienda apostar por la producción con semilla certificada en España y seguir el ejemplo de productores de otras latitudes, como los canadienses, que actualmente están invirtiendo recursos en un programa de investigación en jopo, como medida preventiva, aunque sus cultivos nunca han sufrido esta afección.