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Los frutales tienen que adaptarse al cambio climático

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Expertos de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) y del Joint Research Centre (JRC) de Ispra, Italia, han llevado a cabo una investigación para estudiar la acumulación de frío en la Península Ibérica y en Baleares en un futuro cercano (los próximos 30 años) y evaluar también la situación a finales de siglo. De esta manera, han logrado obtener información sobre la viabilidad de un cultivo en una determinada región para considerar su reubicación a otras zonas si fuera necesario debido al cambio de las temperaturas. Esto es especialmente importante para los frutales, ya que detienen su desarrollo en las épocas más frías del año para evitar daños y solo lo reanudan cuando han acumulado una determinada exposición al frío, la cual, según los resultados del estudio, parece que va a verse comprometida en el futuro.

El cultivo de frutales representa una importante fuente de ingresos para los agricultores y constituye una parte reseñable de la economía nacional. Estos árboles son vulnerables a las bajas temperaturas y, por ello, y para evitar daños, entran en un estado de dormancia durante los meses más fríos del año. Durante ese periodo se acumula una cierta cantidad de frío que necesitan para despertar de tal estado.

Las consecuencias de no acumular el frío suficiente se traducen en una floración irregular, lo que conlleva una reducción de la cantidad y la calidad de la producción, incluyendo defectos de tamaño y forma de los frutos, así como una cosecha más difusa en el tiempo y, en definitiva, pérdidas económicas. Existen diferentes modelos que calculan el grado de acumulación de frío basándose en las temperaturas horarias. Cada variedad de cada especie de árbol necesita una cierta cantidad de acumulación de frío para despertar que, normalmente, difiere entre unas variedades y otras.

Un estudio en el que han participado científicos del Centro de Estudios e Investigación para la Gestión de Riesgos Agrarios y Medioambientales (CEIGRAM), un Centro Mixto de Investigación de la UPM, la Entidad Estatal de Seguros Agrarios (ENESA) y la Agrupación Española de Entidades Aseguradoras de los Seguros Agrarios Combinados (AGROSEGURO), junto con otros investigadores de la UCLM y del JCR de Ispra, ha evaluado la acumulación de frío en nuestro país en los próximos 30 años y a finales de siglo.

De esta manera, han obtenido información sobre la viabilidad de un cultivo en una determinada región, observando que la proyección futura de frío acumulado sea la necesaria para que crezcan correctamente (al menos, las variedades del cultivo que tengan unos requisitos de acumulación de frío bajos) o, en caso contrario, considerar la necesaria reubicación del cultivo a otras zonas.

Los resultados son de interés tanto para agricultores, que podrán realizar una adaptación de los cultivos, como para genetistas, que podrán diseñar variedades con menores necesidades de acumulación de frío, así como para gestores políticos, a la hora de la toma de decisiones orientadas a la seguridad alimentaria, ecológica y económica. Pero, sobre todo: “ponen de manifiesto la relevancia de un esfuerzo drástico en mitigación del cambio climático” concluye David Pérez-López, investigador del CEIGRAM que ha participado en el estudio.

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